Translate

viernes, 4 de abril de 2014

Y sucede que las palabras escritas al impulso y sobre todo las no dichas, las que brotan de la incertidumbre pueden acabar con las historias, destruyen los senderos que recién se dibujan y te dejan parado a la mitad de una mañana gris sin ganas de levantar los párpados. Parece que en una noche un mordaz torbellino arrasó cierta parte de la memoria, dejando un dolorido hueco donde uno sabe que hubo abrazos, manos enlazadas y ganas de creer. Cómo permite uno que el inventario de una noche particular, de ciertas sonrisas diáfanas revueltas con canciones que uno deseaba escuchar se trastoque en una maraña de suposiciones que lastiman. Vaya manera de usar las palabras, vaya con las palabras… basta ver cómo se han acomodado en estas líneas, casi sin permitir que uno diga dos verbos  que urgen en los labios: lo lamento, te quiero. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario