De otro modo
Emilio
Ballagas
Si
en vez de ser así,
si
las cosas de espaldas (fijas desde los siglos)
se
volviesen de frente
y
las cosas de frente (inmutables)
volviesen
las espaldas,
y
lo diestro viniese a ser siniestro
y
lo izquierdo derecho...
¡No
sé cómo decirlo!
Suéñalo
con
un sueño que está detrás del sueño,
un
sueño no soñado todavía,
al
que habría que ir,
al
que hay que ir
(¡No
sé cómo decirlo!)
como
arrancando mil velos de niebla
y
al fin el mismo sueño fuese niebla.
De
todos modos, suéñalo
en
ese mundo, o en éste que nos cerca y nos apaga
donde
las cosas son como son, o como dicen que son
o
como dicen que debieran ser...
Vendríamos
cantando por una misma senda
y
yo abriría los brazos
y
tú abrirías los brazos
y
nos alcanzaríamos.
Nuestras
voces unidad rodarían
hechas
un mismo eco.
Para
vernos felices
se
asomarían todas las estrellas.
Querría
conocernos el arcoiris
palpándonos
con todos sus colores
y
se levantarían las rosas
para
bañarse un poco en nuestra dicha...
(¡Si
pudiera ser como es,
o
como no es... En absoluto diferente!)
Pero
jamás,
jamás
¿Sabes
el tamaño de esta palabra:
Jamás?
¿Conoces
el sordo gris de esta piedra:
Jamás?
¿Y
el ruido que hace
al
caer para siempre en el vacío:
Jamás?
No
la pronuncies, déjamela.
Cuando
esté solo yo la diré en voz baja
suavizada
de llanto, así: jamás.
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