VI
Margarite
Youcernal
Sólo
el silencio tiene palabras
que
pueden decirse junto a ti sin herirte.
ante
lo irremediable, sólo podemos sonreír;
llueven
sobre tu cuerpo las lágrimas de las corolas.
A
la hora en que nos despojemos de nuestras máscaras
deslizándonos
soñolientas en el mismo lecho,
por
cada dedo tembloroso de la hierba que nos roce
tú
podrás bendecirme y yo acariciarte.
Es
hacia tu dulzura que conduce mi camino.
de
este suelo impregnado de alma humana,
el olvido, lento jardinero, extirpa el remordimiento.
Inagotable,
vaga el amor de vena en vena;
no
quisiera perturbar con un vano lamento
el
eterno abrazo de la tierra y los muertos.
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