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martes, 30 de junio de 2015
nadie se aguanta aquí mucho tiempo...
http://www.elciudadanotv.cl/cortometrajes/rayuela-capitulo-32-fragmento/
lunes, 29 de junio de 2015
Miro la hoja en
blanco y pienso en que alguna vez creí tener mucho por decir. Días hubo en los
que me sentía con las manos y la boca llenas de imágenes e ideas, flores de
algo cierto a punto de emerger desde la nada, como una guía de luz que habría
de conducirme hacía mí mismo y, después, llevaría mi imagen hecha luz hacia
todo lo que había afuera. Cuánta presunción esconde el impulso de creer que
tenemos un propósito último, una razón de ser en esta vida; amar y esperar amor
de nuestros semejantes por nuestros pensamientos es, quizá, un acto de
soberbia. Miro la hoja en blanco y pienso que el intrincado laberinto de
palabras sigue ahí, pero ahora solo veo su forma hueca y retorcida en grafías
vanas; nada hay ya de luz, nada de cierto adentro, toda oscuridad es lo de
afuera. La hoja en blanco me devuelve una mirada silenciosa y es al mismo
tiempo el rostro del silencio profanado ahora que termino de lapidar esta
desgracia al escribir sobre su frente la sentencia.
El
perfume
Vicente
Aleixandre
Chupar
tu vida sobre los labios,
no
es quererte en la muerte.
Chupar
tu vida, amante,
para
que lenta mueras
de
mí, de mí que mato.
para
agotar tu vida
como
una rosa exhausta.
color,
olor: mis venas
saben
a ti: allí te abres.
Ebriamente
encendido,
tú
me recorres. toda,
toda
mi sangre es sólo
perfume.
Tú me habitas,
aroma
arrebatado
que
por mí te despliegas,
que
como sangre corres
por
mí: ¡que a mí me pueblas!
Tú y yo en la boca sentimos nacer lo que no vive, lo que es el beso indestructible cuando la boca son alas, alas que nos ahogan mientras los ojos se cierran, mientras la luz dorada está dentro de los párpados.
Beso
alegre
Vicente
Aleixandre
Beso
alegre, descuidada paloma,
blancura
entre las manos, sol o nube;
corazón
que no intenta volar porque basta el calor,
basta
el ala peinada por los labios ya vivos.
El
día se sienta hacia afuera; sólo existe el amor.
Tú
y yo en la boca sentimos nacer lo que no vive,
lo
que es el beso indestructible
cuando
la boca son alas, alas que nos ahogan mientras los ojos se cierran,
mientras
la luz dorada está dentro de los párpados.
Ven,
ven, huyamos quietos como el amor;
vida
como el calor que es todo el mundo solo,
que
es esa música suave que tiembla bajo los pies,
mundo
que vuela único, con luz de estrella viva,
como
un cuerpo o dos almas, como un último pájaro.
viernes, 26 de junio de 2015
Somos los que encendimos el amor para que dure, para que sobreviva a toda soledad
Página
53
De noche las palabras
pesan menos; algunas, como el pronombre te,
acompañando sonrojados verbos se pronuncian casi flotando. Algo de
responsabilidad deben tener en ello las espigadas copas que burbujean o las
recias, cuyo contenido es casi violáceo.
De noche toda la voluntad acumulada
con los meses se derrumba y levanta una nube de polvo que se confunde con el
humo de los fumadores que se acercan cada vez más.
Hay muchas lucecitas blancas,
rosadas, casi naranjas. Es una hermosa terraza, hace frío…abajo la ciudad
entera palpita sin importar que la madrugada nos abraza. Pienso que un abrigo
habría sido mejor opción, así no se me helarían las manos. Escucho muy cerca
una oración que lleva el liviano pronombre, no sé si es para mí, pero no
volteo. Las palabras, aunque sean livianas, no deberían interrumpir estampas
como esa.
De
noche las palabras abren puertas, se convierten en llavecitas plateadas que,
con un baile de ensayo y error, de pronto logran que las personas se sienten a
mirar la misma ciudad y una tomé la mano de la otra; y la otra recargue la
cabeza en el hombro de la una. Pasa un
mesero que siente haber interrumpido algo. Quizá sí lo hizo. Otra se levanta,
va al pasillo, escribe una pregunta… regresa a la terraza. Hay palabras
livianas. hermosas y serias. Reconocer se lleva las palmas de la
noche, explicar que se lee igual en ambos sentidos es una afortunada idea; en
recompensa se aprende sobre la estética de la verticalidad, se comprende mejor
por qué a Villaurrutia le parecía tan fascinante.
De noche uno quisiera perder algunas
llaves que se han vuelto muy pesadas, no es sencillo cuando se siguen buscando
los por qué que nunca se preguntaron.
De
noche las palabras, las llaves y las manos se encuentran y recorren senderos
tibios, húmedos que conducen a un sueño tranquilo.
67
Roberto
Juarroz
Una hebra más
delgada que el pensamiento,
un hilo con
calibre de nada,
une nuestros ojos
cuando no nos miramos.
Cuando nos miramos
nos unen todos los
hilos del mundo,
pero falta éste,
que sólo da sombra
a la luz más
secreta del amor.
Después que nos
vayamos,
quizás quede este
hilo
uniendo nuestros
sitios vacíos.
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