Nocturno en
que nada se oye
Xavier
Villaurrutia
En
medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin
respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en
esta soledad sin paredes
al
tiempo que huyeron los ángulos
en
la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para
salir en un momento tan lento
en
un interminable descenso
sin
brazos que tender
sin
dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin
más que una mirada y una voz
que
no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué
son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y
mi voz ya no es mía
dentro
del agua que no moja
dentro
del aire de vidrio
dentro
del fuego lívido que corta como el grito
Y
en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae
mi voz
y
mi voz que madura
y
mi voz quemadura
y
mi bosque madura
y
mi voz quema dura
como
el hielo de vidrio
como
el grito de hielo
aquí
en el caracol de la oreja
el
latido de un mar en el que no sé nada
en
el que no se nada
porque
he dejado pies y brazos en la orilla
siento
caer fuera de mí la red de mis nervios
mas
huye todo como el pez que se da cuenta
hasta
ciento en el pulso de mis sienes
muda
telegrafía a la que nadie responde
porque
el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.
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