VI
CASIDA DE LA
MANO IMPOSIBLE
Federico
García Lorca
Yo
no quiero más que una mano;
una
mano herida, si es posible.
Yo
no quiero más que una mano
aunque
pase mil noches sin lecho.
Sería
un pálido lirio de cal.
Sería
una paloma amarrada a mi corazón.
Sería
el guardián que en la noche de mi tránsito
prohibiera
en absoluto la entrada a la luna.
Yo
no quiero más que esa mano
para
los diarios aceites y la sábana blanca de mi agonía.
Yo
no quiero más que esa mano
para
tener un ala de mi muerte.
Lo
demás todo pasa.
Rubor
sin nombre ya. Astro perpetuo.
Lo
demás es lo otro; viento triste,
mientras
las hojas huyen en bandadas.
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