Rescoldos de
sentir
Gilberto
Owen
En
esa frente líquida se bañaron Susanas como nubes
que
fisgaban los viejos desde las niñas de mis ojos púberes.
Cuando
éramos dos sin percibirlo casi;
cuando
tanto decíamos la voz amor sin pronunciarla;
cuando
aprendida la palabra mayo
la
luz ya nos untaba de violetas;
cuando
arrojábamos perdida nuestra mirada al fondo de la tarde,
a
lo hondo de su valle de serpientes,
y
el Ave Rokh del alba la devolvía llena de diamantes,
como
si todas las estrellas nos hubiesen llorado
toda
la noche, huérfanas.
Y
cuando fui ya sólo uno
creyendo
aún que éramos dos,
porque
estabas, sin ser, junto a mi carne.
Tanto
sentir en ascuas,
tantos
paisajes malhabidos,
tantas
inmerecidas lágrimas.
Y
aún esperan su cita con Nausícaa
para
llorar lo que jamás perdimos.
El
Corazón. Yo lo usaba en los ojos.
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