Alma ausente
Federico García
Lorca
No te conoce
el toro ni la higuera,
ni caballos
ni hormigas de tu casa.
No te conoce
el niño ni la tarde
porque te
has muerto para siempre.
No te conoce
el lomo de la piedra,
ni el raso
negro donde te destrozas.
No te conoce
tu recuerdo mudo
porque te
has muerto para siempre.
El otoño
vendrá con caracolas,
uva de
niebla y montes agrupados,
pero nadie
querrá mirar tus ojos
porque te
has muerto para siempre.
Porque te
has muerto para siempre,
como todos
los muertos de la Tierra,
como todos
los muertos que se olvidan
en un montón
de perros apagados.
No te conoce
nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto
para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez
insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia
de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza
que tuvo tu valiente alegría.
Tardará
mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz
tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su
elegancia con palabras que gimen
y recuerdo
una brisa triste por los olivos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario