Son
casi invisibles las fronteras que dividen los sueños de las pesadillas. También
hay que andar con cuidado. Nunca sabes en qué momento pasas de un cielo a un
infierno. Bastan las ganas de un brinquito y se jodió la cosa. Y eso es lo que
preocupa. Estar siempre tan cerca de los dos lugares.
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