Cada
año, al resplandor nostálgico del otoño, las aves remontan el vuelo sobre un
océano desierto, trinando y gorjeando con prisa jubilosa por arribar a una
tierra clavada en su memoria. Grandes jardines colgantes donde se abren flores
de vivos colores, hileras de mangos de gusto delicioso y arboledas que forman
templos sobre frescos senderos... todo esto les revelan sus vagos sueños.
Buscan
en el mar vestigios de su antigua costa, y la alta ciudad blanca, erizada de
torres... Pero sólo las aguas vacías se extienden ante ellos, entonces dan
media vuelta una vez más. Y mientras tanto, hundidas en un abismo infestado de
extraños pólipos, las viejas torres añoran su canto perdido y recordado.
Lovecraft,
“Nostalgia”
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