Ex voto
Eugenio
Montale
Sucede
que
las afinidades del alma no lleguen
a
los gestos y a las palabras sino que permanezcan
difusas
como un magnetismo. Es extraño,
pero
pasa.
Puede
ser
que
sea cierta tan sólo la lejanía,
cierto
el olvido, cierta la hoja seca
más
que el fresco pimpollo. Todo eso y más
puede
darse o decirse.
Entiendo
tu
obstinada voluntad de estar siempre ausente
porque
sólo así se manifiesta
tu
magia. Innúmeras son las astucias
que
advierto.
Insisto
en
buscarte en la astilla y nunca
en
el árbol enhiesto, nunca en lo lleno, siempre
en
lo vacío: en eso que hasta el taladro
resiste.
Era
o no era
la
voluntad de los numen que presidían
tu
lejano hogar, extraños
multiformes
multialmas animales domésticos;
quizás
sólo me lo parecía
o
no era así.
Ignoro
si
mi inexistencia sacia tu destino,
si
la tuya colma el mío que se desborda,
si
la inocencia es una culpa o bien
se
gesta en el umbral de tus lares. De mí,
de
ti todo lo sé, todo
lo
ignoro.
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