Booz canta
su amor
Gilberto
Owen
Me
he querido mentir que no te amo,
roja
alegría incauta, sol sin freno
en
la tarde que sólo tú detienes,
luz
demorada sobre mi deshielo.
Por
no apagar la brasa de tus labios
con
un amor que darte no merezco,
por
no echar sobre el alba de tus hombros
las
horas que le restan a mi duelo.
Pero
cómo negarte mis espigas
si
las alzabas con tan puro gesto;
cómo
temer tus años, si me dabas
toda
mi juventud en mi deseo.
Quédate,
amor adolescente, quédate.
Diez
golondrinas saltan de tus dedos.
París
cumple en tu rostro quince años.
Cómo
brilla mi voz sobre tu pecho.
óyela
hablarte de la luna, óyela
cantando
lánguida por los senderos:
sus
palabras más nimias tienen forma,
no
le avergüenza ya decir "te quiero".
Me
has untado de fósforo los brazos:
no
los tienen más fuertes los mancebos.
Flores
palúdicas en los estanques.
de
mis ojos. El trópico en mis huesos.
Cien
lugares comunes, amor cándido,
amoroso
y porfiado amor primero.
Vámonos
por las rutas de tus venas
y
de mis venas. Vámonos fingiendo
que
es la primera vez que estoy viviéndote.
Por
la carne también se llega al cielo.
Hay
pájaros que sueñan que son pájaros
y
se despiertan ángeles. Hay sueños
de
los que dos fantasmas se despiertan
a
la virginidad de nuestros cuerpos.
Vámonos
como siempre: Dafnis, Cloe.
Tiéndete
bajo el pino más erecto,
una
brizna de yerba entre los dientes.
No
te muevas. Así. Fuera del tiempo.
Si
cerrara los ojos, despertándome,
me
encontraría, como siempre, muerto.
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