Recuerdo
Alberto
Ruy-Sánchez
La
música, el olor, tus manos,
el
rojo intenso de tu boca, tu voz, tu lengua
y
el filo de tus dientes en mis labios.
Saber
que entero en ti perezco,
mordido
al ritmo acelerado de tu aliento,
falso
fugaz cuando me inhalas,
y
falso prisionero cuando aprietas.
Ya
sólo respiro el aire de tu boca,
y
sé tan sólo del sabor que llevas dentro.
El
viento en la ventana,
distraído,
sale o entra
indeciso,
calla
o
se hace escuchar
o
no se nota.
Mece
de pronto los olores,
rapta
las miradas,
fijas,
alucinadas, vibrantes.
En
silencio,
el
viento mueve las cortinas,
tiñe
de azul
en
franjas
muros,
puertas,
techos,
esquinas.
Mis
ojos en lo tuyos
beben
y
se desbordan
de
ese anhelo delirante:
desnudos,
ya siempre desnudos,
dentro
de nosotros mismos,
ya
siempre dentro
a
la deriva.
Y
ese recuerdo regresa
y
te vuelvo a respirar
y
en los labios me duele tu mordida.
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