Donde habite
el olvido...
Luis Cernuda
Donde habite
el olvido,
en los
vastos jardines sin aurora;
donde yo
sólo sea
memoria de
una piedra sepultada entre ortigas
sobre la
cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi
nombre deje
al cuerpo
que designa en brazos de los siglos,
donde el
deseo no exista.
En esa gran
región donde el amor, ángel terrible,
no esconda
como acero
en mi pecho
su ala,
sonriendo
lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde
termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
sometiendo a
otra vida su vida,
sin más
horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas
y dichas no sean más que nombres,
cielo y
tierra nativos en torno de un recuerdo;
donde al fin
quede libre sin saberlo yo mismo,
disuelto en
niebla, ausencia,
ausencia
leve como carne de niño.
Allá, allá
lejos;
donde habite
el olvido.
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