Se me ocurrió la impulsiva idea de asomarme a la ventana
y esperar a que pasara. Como si por olvido o descuido abandonara la obstinada
decisión de no volver a caminar mi calle (me pertenece).
Sólo fue el destello de una idea. En realidad solo abrí
la ventana para dejar entrar la noche.
Sólo fue un fugaz pensamiento. En realidad encadené la
ventana, cerré la cortina y apagué la luz.
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