Yo leía
poemas y tú estabas...
Carlos
Pellicer
Yo
leía poemas y tú estabas
tan
cerca de mi voz que poesía
era
nuestra unidad y el verso apenas
la
pulsación remota de la carne.
Yo
leía poemas de tu amor
Y
la belleza de los infinitos
instantes,
la imperante sutileza
del
tiempo coronado, las imágenes
cogidas
de camino con el aire
de
tu voz junto a mí,
nos
fueron envolviendo en la espiral
de
una indecible y alta y flor ternura
en
cuyas ondas últimas -primera-,
tembló
tu llanto humilde y silencioso
y
la pausa fue así. -¡Con qué dulzura
besé
tu rostro y te junté a mi pecho!
Nunca
mis labios fueron tan sumisos,
nunca
mi corazón fue más eterno,
nunca
mi vida fue más justa y clara.
Y
estuvimos así, sin una sola
palabra
que apedreara aquel silencio.
Escuchando
los dos la propia música
cuya
embriaguez domina
sin
un solo ademán que algo destruya,
en
una piedra excelsa de quietud
cuya
espaciosa solidez afirma
el
luminoso vuelo, las inmóviles
quietudes
que en las pausas del amor
una
lágrima sola cambia el cielo
de
los ojos del valle y una nube
pone
sordina al coro del paisaje
y
el alma va cayendo en el abismo
del
deleite sin fin.
Cuando
vuelva a leerte esos poemas,
¿me
eclipsarás de nuevo con tu lágrima?
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