Es
lo que haré la noche de hoy: tomaré una bolsita de aire. La abriré sin hacer
ruido para que los vecinos no escuchen. Uno a uno. Ahí depositaré los tantos
besos de esta tarde. Todos los sabores. Los acomodaré para que quepan más.
Luego le haré un nudo. De esos que dicen son difíciles de deshacer. La dejaré
junto a la postal de Paul Éluard… un día la abriremos, entre los dos. Tal vez
el mundo ya no exista para entonces. Tal vez nosotros seremos fantasmas.
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