Glosa
Nicolás
Guillen
No
sé si me olvidarás,
ni
si es amor este miedo;
yo
sólo sé que te vas,
yo
sólo sé que me quedo.
(Andrés Eloy
Blanco)
1
Como
la espuma sutil
con
que el mar muere deshecho,
cuando
roto el verde pecho
se
desangra en el cantil,
no
servido, sí servil,
sirvo
a tu orgullo no más,
y
aunque la muerte me das,
ya
me ganes o me pierdas,
sin
saber que me recuerdas
no
sé si me olvidarás.
2
Flor
que sólo una mañana
duraste
en mi huerto amado,
del
sol herido y quemado
tu
cuello de porcelana:
quiso
en vano mi ansia vana
taparte
el sol con un dedo;
hoy
así a la angustia cedo
y
al miedo, la frente mustia...
No
sé si es odio esta angustia,
ni
si es amor este miedo.
3
¡Qué
largo camino anduve
para
llegar hasta ti,
y
qué remota te vi
cuando
junto a mí te tuve!
Estrella,
celaje, nube,
ave
de pluma fugaz,
ahora
que estoy donde estás,
te
deshaces, sombra helada:
ya
no quiero saber nada;
yo
sólo sé que te vas.
4
¡Adiós!
En la noche inmensa,
y
en alas del viento blando,
veré
tu barca bogando,
la
vela impoluta y tensa.
Herida
el alma y suspensa,
te
seguiré, si es que puedo;
y
aunque iluso me concedo
la
esperanza de alcanzarte,
ante
esa vela que parte,
yo
sólo sé que me quedo.
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