Dos sonetos
a Guiomar
Antonio
Machado
1. Perdón,
Madona del Pilar, si llego
al par que
nuestro amado florentino,
con una mata
de serrano espliego,
con una rosa
de silvestre espino.
¿Qué otra
flor para ti de tu poeta
si no es la
flor de la melancolía?
Aquí, sobre
los huesos del planeta
pule el sol,
hiela el viento, diosa mía,
¡con qué
divino acento
me llega a
mi rincón de sombra y frío
tu nombre,
al acercarme el tibio aliento
de otoño el
hondo resonar del río!
Adiós:
cerrada mi ventana, siento
junto a mí
un corazón... ¿Oyes el mío?
* * * * *
2. De mar a
mar entre los dos la guerra,
más honda
que la mar. En mi parterre,
miro a la
mar que el horizonte cierra.
Tú, asomada,
Guiomar, a un finisterre,
miras hacia
otro mar, la mar de España
que Camoens
cantara, tenebrosa.
Acaso a ti
mi ausencia te acompaña.
A mí me
duele tu recuerdo, diosa.
La guerra
dio al amor el tajo fuerte.
y es la
total angustia de la muerte,
con la
sombra iracunda de tu llama
y la soñada
miel de amor tardío,
y la flor
imposible de la rama
que ha
sentido del hacha el corte frío.
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