Nuestras vidas son los
ríos...
Luis G. Urbina
A
Eduardo Sánchez de Fuentes
Yo tenía una sola ilusión:
era un manso
pensamiento: el del río que
ve próximo el mar
y quisiera un instante
convertirse en remanso
y dormir a la sombra de algún
viejo palmar.
Y decía mi alma: turbia voy y
me canso
de correr las llanuras y los
diques saltar;
ya pasó la tormenta; necesito
descanso,
ser azul como antes y, en voz
baja, cantar.
Y tenía una sola ilusión, tan
serena,
que curaba mis males y
alegraba mi pena
con el claro reflejo de una
lumbre de hogar.
Y la vida me dijo: ¡Alma, ve
turbia y sola,
sin un lirio en la margen ni
una estrella en la ola,
a correr las llanuras ya
perderte en el mar.
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