Cuando de niño paseaba por el bosque con mi papá, sucedía que
empezaba a sentirme un poco cansado y ya no quería seguir adelante, entonces
papá me decía siempre: "vamos un poquito más adelante, ¿ves aquél
árbol?...Vas a ver que a sus pies, los conejos dejaron caramelos de
menta". Caminábamos de la mano y lo jalaba para llegar más rápido. Bajo la
planta, siempre, me esperaba un caramelo de menta.
Agradezco estos
gestos que me enseñaron a no detenerme, que me ayudan a impulsarme siempre más
adelante. El olor a menta me sigue guiando, cuando dudo, huelo el aire y me
dirijo a la dirección que me indica la magia y los pequeños milagros de papá.
Los clowns
tratamos de ser verdaderos en escena para conseguir hacerlos soñar, otros, La
Verità, la buscan con pasión, amor y valor porque saben que hay que despertar
pueblos enteros.
Daniele Finzi Pasca
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