Quiero
Vicente
Aleixandre
Dime
pronto el secreto de tu existencia;
quiero
saber por qué la piedra no es pluma,
ni
el corazón un árbol delicado,
ni
por qué esa niña que muere entre dos venas ríos
no
se va hacia la mar como todos los buques.
Quiero
saber si el corazón es una lluvia o margen,
lo
que se queda a un lado cuando dos se sonríen,
o
es sólo la frontera entre dos manos nuevas
que
estrechan una piel caliente que no separa.
Flor,
risco o duda, o sed o sol o látigo:
el
mundo todo es uno,, la ribera y el párpado,
ese
amarillo pájaro que duerme entre dos labios
cuando
el alba penetra con esfuerzo en el día.
Quiero
saber si un puente es hierro o es anhelo,
esa
dificultad de unir dos carnes íntimas,
esa
separación de los pechos tocados
por
una flecha nueva surtida entre lo verde.
Musgo
o luna es lo mismo, lo que a nadie sorprende,
esa
caricia lenta que de noche a los cuerpos
recorre
como pluma o labios que ahora llueven.
Quiero
saber si el río se aleja de sí mismo
estrechando
unas formas en silencio,
catarata
de cuerpos que se aman como espuma,
hasta
dar en la mar como el placer cedido.
Los
gritos son estacas de silbo, son lo hincado,
desesperación
viva de ver los brazos cortos
alzados
hacia el cielo en súplicas de lunas,
cabezas
doloridas que arriba duermen, bogan,
sin
respirar aún como láminas turbias.
Quiero
saber si la noche ve abajo
cuerpos
blancos de tela echados sobre tierra,
rocas
falsas, cartones, hilos, piel, agua quieta,
pájaros
como láminas aplicadas al suelo,
o
rumores de hierro, bosque virgen al hombre.
Quiero
saber altura, mar vago o infinito;
si
el mar es esa oculta duda que me embriaga
cuando
el viento traspone crespones transparentes,
sombra,
pesos, marfiles, tormentas alargadas,.
lo
morado cautivo que más allá invisible
se
debate, o jauría de dulces asechanzas.
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