Hay
noches tan clara y frías como ésta en que siento, una a una, las caídas de esta
vida; es como estar de pie, antes de la tormenta en la orilla, frente al mar,
todo es azul, azul inquiero, furioso; estrellándose contra las crueles rocas, arrasando
la arena suave que me pasa debajo de los pies. Es un instante silencioso que se
ve cortado por el viento que todo lo toca, por las gotas que quieren apoderarse
de cada rincón… la luna apenas se percibe, en esta oscuridad no queda más que
esperar. Esperar que no sé bien qué: que el amor se acabé, que el olvide llegue
o simplemente que la tormenta pase y con ella la nostalgia de ti.
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