El
hombre tiene una intención: ver con ella el amanecer. La mujer muere de frío.
Hace el esfuerzo. Se aburren. Deciden entrar al departamento y hacer el amor.
El amanecer los toma así, por sorpresa, deslizándose como lluvia por la
ventana. Hermoso momento. En algo se lo deben al amanecer. No es de día.
Tampoco de noche. El amanecer pertenece a otra categoría. Los que hemos tenido
la oportunidad de enfrentarlo en las peores condiciones lo sabemos. Algo oculta
cada amanecer. Y llegas a casa fastidiado. Hay amaneceres que no son para ti.
También hay amaneceres en los que mueres un poquito. Revives al medio día. O no
lo haces. Mandas a la mierda muchas cosas al amanecer.
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