Por la
nuca te beso
Alberto
Ruy Sánchez
Hay
besos boca a boca
que
comienzan en la nuca
como
hay en la luna huellas
de
los labios del sol.
Besos
como dedos
que
se abren y se cierran
en
la nuca,
que
despeinan,
o
alborotan las ideas
sembrando
su flor de anhelo
en
raíces
donde
esos labios
no
suelen ir.
Son
besos silenciosos
que
acechan
detrás
de las orejas,
muerden
lóbulos,
exploran
laberintos,
asaltan
parpados
y
dejan miradas húmedas
que,
claramente, no se ven.
Besos
mudos
que
tardan en llegar
a
su cita estruendosa
con
la lengua amada
porque
vienen siempre
desde
muy atrás.
Besos
de amaneceres ciegos,
donde
la luz aún no nos mira
pero nos moja sin parar.
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