No es en mi
año. Alguien te tiene...
Rubén Bonifaz
Nuño
No es en mi
año. Alguien te tiene,
no es en mi
daño. Y sin embargo
me daña en
la duda lo que fuiste;
y así me acostumbro,
y lo soporto,
y hasta
parece que me place.
Ya sin
despensas de futuro,
mutilado soy
por mis desechos.
Y alegre de
no vivir un día
más, me
complazco porque ahora
estoy vivo.
Me rasco, duermo.
De nada te
vale, que, emboscado,
me chupe la
hiel, y en copa de oro,
el veneno
aquel que me serviste:
se me va
olvidando ya el propósito
de
recordarte, y ya me extraña
el haber
sido quien te quiso.
Pero no sé
qué me habrás dado
que me ardo
de filos y herrumbres;
que anda
curtido y enchilado
por aquí mi
corazón, y llora.
Tan exigente
en mí, tan áspera
sigues de
tiránicos abrojos.
Aunque me
emborracho por perderte
o me
atiborro de estar hueco
de ti, para
encontrar quién eras.
Uñas para
rascarme alargo
insuficientes;
y estos huesos,
ya sin su
vestido, se me salen
y te los
mando, y en tu almohada
los dientes
pela, ojos redondos,
otra
calavera que es la mía.
Y habrán
germinado qué semillas;
cuánta mala
hierba habrá crecido
que, hendido
sus sílabas vetustas,
hace que
salten mis palabras:
losas de
pavimento rotas
en la ciudad
que fue del canto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario