Día
veintiocho, Final
Gilberto
Owen
Mañana.
Acaso el sol golpea en dos ventanas que entran
en erupción.
Antes salen
los indios que pasan al mercado tiritando con
todo el trópico a la espalda.
Y aún antes
los amantes se miran y se ven tan ajenos
que se vuelven
la espalda.
Antes aún
ese ángel de la guarda que se duerme
borracho mientras
allí a la vuelta matan a su pupilo:
¿Qué va a
llevar más que el puñal del grito último a su
Amo?
¿Qué va a
mentir?
"Lo
hiciste cieno y vuelve humo pues ardió como Te amo."
Tal vez
mañana el sol en mis ojos sin nadie,
tal vez
mañana el sol,
tal vez
mañana,
tal vez.
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