Y desde hace días no tengo más que lágrimas, silencio y estas putas ganas de llamar para escuchar tu voz y decirte: sabes no me importa qué pienses de esto, ni si te he incomodado; sólo necesito saber por qué... por qué respondiste aquel correo, por
qué pudimos tomar, algún día, un café... por qué no llegaste y dejaste mi lago tan triste y lleno de nostalgia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario