Sé
que estas estampas van a dejar de evocar tu diluida imagen; penosamente aún no
es así... Esta tarde, el pasto se mecía
al ritmo triste de un viento frío; en lontananza un tímido sol poniente
coloreaba el cielo de naranja y yo escribiendo esto, cuestionándome el por qué
no dejo de pensarte... lamentándome haber iniciado esta absurda situación. Y
con ganas de dejar de hacerlo ya, esto de abandonar la esperanza me ha costado
como nunca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario